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La Danza de las Tijeras en el Perú

La danza de las tijeras nació en el sur de los Andes del Perú, se baila durante la estación seca del año y su ejecución coincide con fases importantes del calendario agrícola. Esta majestuosa danza que causa admiración en propios y extraños, consiste en el reto permanente de dos o más bailarines hombres acompañados por sus respectivas orquestas de violín y arpa.

El nombre, adjudicado por el reconocido escritor José María Arguedas, fue debido a las láminas metálicas que llevan sus danzantes en la mano derecha y que no dejan de tocar mientras la interpretan. Cabe describir que el instrumento central de la danza son las tijeras elaboradas de dos placas independientes de metal de aproximadamente 25cm de largo y que juntas tiene la forma de un par de Tijeras de punta roma.

Considerando los instrumentos, la música, el traje y la coreografía no hay duda de que se trata de una danza mestiza de influencia española, en la que lo andino ha puesto elementos de su concepción del mundo y de su cosmovisión. Todo sucede a modo de competición entre equipos o “cuadrillas”. Durante la danza se pone a prueba un dominio corporal y mental que sobrepasa la concepción humana del dolor; en más de 124 tonadas y 300 pasos, el danzante muestra sus habilidades.

Según los sacerdotes de la colonia, su lado mágico obedece a un supuesto pacto con el diablo, debido a las sorprendentes pastas o pruebas que ejecutan en la danza, pues se libra un duelo coreográfico de pasos de danza, acrobacias y movimientos cada vez más difíciles. Ese duelo entre los bailarines, llamado “atipanakuy” en quechua, puede durar hasta diez horas. Resaltan coloridos atuendos bordados con franjas doradas, lentejuelas y espejitos. El Instituto Nacional de Cultura del Perú la reconoció como Patrimonio Cultural de la Nación en el año 1995. El 16 de noviembre de 2010 fue reconocida por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por su antigüedad y valor simbólico. perunoticias.net